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Mercados

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Argentina es un productor de chacinados y salazones de reconocida trayectoria y calidad. Asimismo, somos un creciente productor y consumidor de cortes de carne de cerdo fresco. Nuestro país tiene toda la potencialidad para hacer crecer sus exportaciones de carne porcina y demás productos.

Mercado interno

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En las últimas décadas, el consumo per cápita de carne de cerdo creció velozmente en la Argentina. Entre 2008 y 2022 el consumo per cápita de carne porcina aumentó de 7,6 Kg por habitante por año hasta más que duplicar su valor, ya que alcanzó los 16,7 Kg por habitante por año en 2022.

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Lo anterior se explica en parte por la notable caída en el consumo de carne vacuna desde 2008, lo cual se trasladó a otros mercados, siendo la carne porcina uno de los sectores principalmente beneficiados. En un contexto de suma fragilidad en el poder adquisitivo de los argentinos, la mejora en la relación del precio del cerdo respecto al precio de la carne vacuna resultó clave para favorecer el creciente consumo interno de carne porcina en sustitución a la ingesta de carne de vaca.

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En el siguiente gráfico se observa cómo el precio del corte de carne vacuna fresca de referencia, el asado, tiene un crecimiento más acelerado que el precio del corte de carne porcina fresca de referencia, el pechito de cerdo. Entre 2008 y 2022, el precio del asado aumentó aproximadamente un 8.700%, mientras que el precio del pechito de cerdo lo hizo en un 4.300%. En promedio, la carne vacuna aumentó un 40% por año, mientras que la carne porcina aumentó un 31% anualmente.

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Por lo tanto, esta aceleración en el precio de carne vacuna respecto al precio de la carne porcina dio lugar a que actualmente un kilo de asado sea equivalente a casi 1,5 kilos de pechito de cerdo, cuando hace 15 años la carne porcina era más costosa que la vacuna. Esto permitió entonces que la carne de cerdo gane terreno en las mesas argentinas, tanto de la mano de los cortes de carne fresca como de los productos elaborados, sean fiambres, embutidos o chacinados en general.

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La carne aviar también ha ganado terreno, y su consumo se ha consolidado en las últimas dos décadas. La carne de ave cuenta desde hace 15 años con un crecimiento de su consumo anual de 1 a 2 kg por habitante, inclusive en años donde la carne vacuna no tuvo valores considerablemente desproporcionados. De esta forma, la carne aviar, que surge al igual que la carne porcina como un sustituto menos costoso que la carne vacuna ante la inestabilidad económica de los consumidores, casi que alcanzó en 2022 el consumo de carne bovina.

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Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, en 2022 el consumo anual per cápita de carne vacuna fue de 48,4 Kg, mientras que el consumo de carne aviar fue de 45,5 kg. Por su parte, el consumo per cápita de carne porcina se mostró muy por debajo, ya que se ubicó en los 16,7 kg por habitante, pero se encuentra en niveles muy superiores respecto a años anteriores.

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En el gráfico se observa cómo el consumo de carne aviar y porcina fue ganando terreno casi de manera continua. En el caso de la carne aviar, ésta pasó de una participación del 26,8% en el consumo cárnico en el 2000, hasta cerrar el 2022 con una participación del 41%. Algo parecido sucedió con el cerdo, que pasó de representar el 7,9% del consumo cárnico a comienzos del milenio, para promediar el 2022 significando el 15% de las proteínas animales que ingieren los argentinos. De esta forma, en poco más de 20 años el consumo de carne porcina casi duplicó su participación en el consumo total cárnico de Argentina.

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Por otro lado, el aumento en el consumo de carne de cerdo también se debe a la creciente preocupación de la sociedad argentina por su dieta y al mayor interés en el cuidado de la salud a través de la nutrición. En este sentido, la carne de cerdo es una valiosa fuente de proteínas, minerales como el potasio, fósforo, zinc y hierro, y vitaminas del tipo B.

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A su vez, en las últimas décadas los cambios en la forma de cría y alimentación del ganado porcino contribuyeron a mejorar notablemente la calidad de la carne y generaron nuevos beneficios en su incorporación, como por ejemplo, un alto aporte proteico y bajo sodio, lo que la hace apta para hipertensos.

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A nivel mundial el consumo de carne porcina se ha incrementado de manera casi constante en el último medio siglo, principalmente gracias a la introducción de China, el mayor consumidor e importador de carne de cerdo a nivel internacional. Sin embargo, en los últimos 15 años esta tendencia ha sufrido una desaceleración, producto de la mayor participación de la carne aviar a nivel mundial.

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Es así que para 2021 Argentina tenía un consumo anual per cápita de 15,86 Kg, en línea con la región (en 2021 Chile consumió 18,7 kg per cápita y Brasil 17,3), pero lejos de los valores de la Unión Europea (41,4 Kg.), China (37,3 Kg.) o Estados Unidos (29,7 Kg.).

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Sin embargo, frente a los cambios de paradigma de consumo que está viviendo Argentina, impulsado por la conveniencia económica de la carne de cerdo, los mayores cuidados de la salud, los empeños en promoción y la vocación por encontrar mejoras para el sector, se espera que para 2030 el consumo per cápita de carne de cerdo ascienda a cerca de 24 kg per cápita, explicados aproximadamente en un 55% por la carne fresca y 45% por el consumo de chacinados y salazones.

Mercado externo

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​El mercado mundial de carne de cerdo y productos elaborados en base a la misma se encuentra liderado por países europeos. Con un tamaño total de 56.000 millones de dólares anuales, el 86% de las exportaciones de productos cárnicos y menudencias (partidas arancelarias 0203 – 0206 - 0209) y el 76% de los productos elaborados (partidas arancelarias 0210 – 1601 -1602) se concentra en los siguientes diez países:

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Brasil, el jugador mundial más relevante de la región, aporta el 6% de las exportaciones de productos cárnicos y menudencias (posicionándose como el séptimo país más importante del mundo) y solamente el 1,4% de las exportaciones de productos elaborados (puesto 14 mundial).

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En cambio, las exportaciones argentinas tienen una relevancia casi nula en ambos segmentos. En carne fresca nuestro país es el proveedor número 29 global (con el 0,0002% del mercado), ayudados por el impulso chino de los últimos años, y en productos elaborados se ubica en el puesto 66 (con el 0,0057% del mercado).

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Se destaca la posición de Chile como proveedor global de productos cárnicos y menudencias (puesto 12), con casi el 2% del mercado total en el año 2021. En productos elaborados no es un jugador relevante (0,1% del mercado) pero ocupa una posición superior a la argentina (43 global) con un nivel de exportaciones 8 veces mayor.

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Las exportaciones de Argentina son insignificantes en relación al tamaño del mercado mundial y representan menos del 0,1% del mismo. Sumando tanto los productos cárnicos y menudencias como los productos elaborados, en el año 2021 Argentina exportó al mundo por un valor de casi 46 millones de dólares. De estos 46 millones, 44 millones fueron en cortes de carne y menudencias y solo 2 millones en productos elaborados.

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En la exportación de cortes, principalmente carne de cerdo, se verifica un crecimiento entre el año 2007 y 2017 que llevó a las exportaciones totales de menos de 400 mil dólares a los 6 millones de dólares en diez años. A partir del año 2018, la crisis del sector en China generó un fuerte salto exportador pero que ya se está revirtiendo a medida que el gigante asiático recupera su oferta interna. El récord se alcanzó en el año 2020 con exportaciones que superaron los 50 millones de dólares, bajando a 44 millones en 2021.

En el segmento de los productos elaborados, la tendencia no es muy diferente. El principal grupo de productos elaborados exportados era el 1602 – Jamones, paletas y fiambres cocidos - con un récord de 2 millones de dólares en el año 2013. Pero desde aquel año ha ido reduciéndose constantemente hasta llegar a valores de poca relevancia en la actualidad.

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Por su parte, dentro del grupo de productos elaborados, el 1601-Embutidos- si bien representa valores muy bajos y no llega al millón de dólares anuales, muestra una tendencia de crecimiento lento pero permanente y se ha convertido en el producto elaborado de exportación más importante.

Sin embargo, toda la exportación de embutidos se hace a Paraguay, mercado al que solo le vendemos el 17% de lo que importa anualmente. Y al mismo tiempo Paraguay importa solo el 0,1% de los embutidos del mundo, por lo que no solo nuestro único mercado es insignificante, sino que además no somos su principal abastecedor.

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